06 septiembre, 2015

La invención de Morel

Selección por Leo Castillo

La invención de Morel * fue publicada por Losada (Buenos Aires, 1940.) Se trata de un relato a manera de diario clasificable dentro del género de ciencia ficción. Borges (a quien Bioy dedica la novela) declara en el prólogo: "He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releído; no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta." 75 años después su prosa recelosa, exacta y orgánica sigue entrañando las virtudes que habrían inducido a su resabiado amigo a estimar lo que cito. No siendo crítico literario, cada vez encuentro más vano y aún insensato arriesgar en mis selecciones de fragmentos de lectura que entresaco de los libros que el azar dirigido trae a mi retiro un juicio urgente acerca de la obra de turno. Más de una sana ironía he hallado en respuesta a este afán acaso en esencia pueril (la simpleza lega quiere que la calidad del texto sea "subjetiva.") El más analfebeto literario puede abatirme, o parecerlo así ante terceros (no menos analfabetos propablemente que mi contradictor.) Por ello en adelante me limito a ofrecer los extractos que consiguen mi admiración o provisional ruptura del hielo que siempre amenaza con separarnos del alma trémula que anhela nuestra expectativa en el texto escrito, cuando no, simplemente, por alguna íntima complicidad o identificación con mi propia melancolía morbosa o resignación. Sin más, aquí les dejo los resaltados en La invecnción de Morel, sin esperar a cambio aplauso ni temer sarcasmo de tu parte, ingrato, alegre lector. Personalmente, al calor de un trago de alcohol barato sahumado con el yodo de la brisa caribe, no escatimaré expresarte in extenso mi parecer general acerca de esta novela.


"Plantas, pastos, flores de primavera, de verano, de otoño, de invierno, van siguiéndose con urgencia, con más urgencia en nacer que en morir, invadiendo unos el tiempo y la tierra de los otros.

"(...) multiplicadamente solo.

"Debo temer las esperanzas.

"¡Cuánto más evolucionados que nosotros fueron los emisarios del fuego!

"He seguido la tradición de los solitarios.

"Me aquejaron una ardiente enfermedad y sueños que no se cansaban.

"Aquí viven los héroes del snobismo (...) para ser originales cruzan el límite de incomodidad soportable (...) Sacaron el fonógrafo que está en el cuarto verde, contiguo al salón del acuario, y, las mujeres y hombres, sentados en bancos o en el pasto, conversaban, oían música y bailaban en medio de una tempestad de agua y viento que amenazaba arrancar todos los árboles.

"Me dije que todo era vulgar.

"Decir algo era una expedición alarmante.

"La razón de esta necesidad de escribir ha de estar en los rervios.

"(...) había que aplicarse a las partes, a la dificultad de plantar cada flor y alinearla con la precedente.

"Me alegraba ser un muerto insomne.

"(...) el descubrimiento literario o cursi de que la muerte era imposible al lado de esa mujer.

"Se movió con esa libertad que tenemos cuando estamos solos.

"(...) no me asombraría que su tristeza fuera un juego.

"La espontaneidad es fuente de groserías.

"(...) una muchacha con el pelo hundido, brazos extremadamente largos y expresión de asco.

"Preparé un poco de comida. Devoré con entusiasmo y pronto, sin ganas.

"Que el aire pervertido de los bajos y una deficiente alimentación me hayan vuelto invisible. Los intrusos no me vieron (o tienen una disciplina sobrehumana; descarté secretamente, con la satisfacción de obrar con habilidad, toda sospecha de simulación organizada, policial). Objeción: no soy invisible para los pájaros, los lagartos, las ratas, los mosquitos.

"El hombre y la cópula no soportan largas intensidades.

"Tenía esa alegría de embelesados, un poco tonta, de la gente cuando se baña en público.

"Mirando la tarde.

"Pero debo convencerme: no necesito huir. Vivir con las imágenes es una dicha.

"Considero que este pensamiento es un vicio: lo escribo para fijarle límites, para ver que no tiene encanto, para dejarlo.

"Acostumbrado a ver una vida que se repite, encuentro la mía irreparablemente casual (...): yo no tengo próxima vez, cada momento es único, distinto, y muchos se pierden en los descuidos. Es cierto que para las imágenes tampoco hay próxima vez (todas son iguales a la primera.)

"(...) y oí un silencio interminable, como si el otro lado hubiera desaparecido.

"Me conmovía el pavor de estar en un sitio encantado y la revelación confusa de que lo mágico aparecía a los incrédulos como yo, intransmisible y mortal, para vengarse.

"Para contenerme, escribo."

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*He transcrito de Adolfo Bioy Casares- La invención de Morel; Editorial Norma, 8a reimpresión, Bogotá, 1993. (NOTA DE L.C.)

03 septiembre, 2015

Aylan Kurdi

   Por Leo Castillo
   Aylan Kurdi ha venido sobre las olas a descansar en paz en la playa. La sal del mar viene en suaves ondas que besan su cuerpo dulce. Ahora tiene alas y sobrevuela en la conciencia de los hombres, en el alma asfixiada del mundo. No hay en el universo nada que encierre tanta vida como tu muerte, Aylan Kurdi, boca abajo contra la tierra, la tierra bajo tu peso tremendo, el mar arrastrándose manso para lamerte los cabellos húmedos. Cuánta lágrima corre por las mejillas de hombres y mujeres buscando besarte en la frente que deslíe la ola. Querido Aylan deportado por la guerra sin juguetes, sepultado en la ceguera del poder de los adultos, tanto amor por recibir en una vida, lo tributa cobrando en la insensata muerte. ¿Qué haremos sin ti ahora? Te hemos tomado en brazos, fruto del mar podrido y te traemos para conservarte limpio y en pureza incorruptible en nuestra memoria, para que abones la tierra de nadie de nuestro corazón desolado. Florece, Aylan Kurdi, con cada latido que queda acá sin ti.