El Libro de las maravillas
Con cierta frecuencia no menos embustero que un niño o novelista, micer Marco Polo, tan imaginativo como el Dante, preso en la cárcel de Génova "y no gustándole permanecer ocioso", dictó a un amanuense, Rustichello de Pisa, compañero suyo de prisión y tan aficionado como Alonso Quijano a los libros de caballería, el año de 1298 unas cuatrocientas cincuenta páginas en que daría cuenta "del viaje más maravilloso jamás contado". Había nacido en 1254 y embarcado con su padre Niccolo y su tio Maffeo en Venecia, su patria, a la sazón suprema potencia económica y militar de occidente, amén de "instigadora de la gran piratería de ese siglo que fue la cuarta Cruzada", el año 1271.
Salvo lo que podamos entre sacar de la relación dicha, contada por demás en calidad de testigo, exenta de alusiones personales, casi nada más sabemos del viajero, bien que no es extraño hallar su nombre en las crónicas chinas de la época; pero la investigacón poliana actualmente surte la referencia a más de quince Polo distintos, al punto que su nombre sigue figurando con distintos cargos como, entre otros, presidente del Consejo de Guerra, presidente del departamento de agricultura, virrey de una de las doce provincias chinas todavía después de su regreso a Venecia. Se sabe, sí, que en 1307 ofreció una copia de su libro a un agente de Carlos de Valois, hermano del rey de Francia, y que, acabado el viaje y establecido en Venecia, casó con una tal Donata, de quien tuvo tres hijas, a saber, Bellela, Marietta y Fantina.
En cuanto al panorama cultural, La Chanson de Roland, el Cantar de Mío Cid y los picantísimos fabliaux se habían consagrado como monumentos de las llamadas lenguas romances, con que se estaba abandonando al latín como lengua escrita. Así, Le divisament du monde (este Libro de de las maravillas) fue escrito en occitano. La Edad Media ya da sus frutos resurgiendo Europa con renovados bríos entre las ruinas del imperio romano, con acentos característicos, novedades formales y de contenidos, otras preocupaciones. En España, se entronizan la lengua de Castilla como el idioma español, el toscano como italiano en la patria de Ariosto, la lengua de oil como francés.
Y con esto dejamos, lector, en tus manos esta muestra de uno de los más célebres monumentos de la cultura universal, herencia de la alta Edad Media, revelación a una Europa estupefacta de la riqueza y complejidad de Asia y Lejano Oriente; extrañamiento, maravilla o bien horror de sociedades que aún hoy resultan tan exóticas o terribles como estancias asimilables al otro mundo, ese de la Comedia del Dante.
Stanislas Valois Aragon
Rica a UsbekCon cierta frecuencia no menos embustero que un niño o novelista, micer Marco Polo, tan imaginativo como el Dante, preso en la cárcel de Génova "y no gustándole permanecer ocioso", dictó a un amanuense, Rustichello de Pisa, compañero suyo de prisión y tan aficionado como Alonso Quijano a los libros de caballería, el año de 1298 unas cuatrocientas cincuenta páginas en que daría cuenta "del viaje más maravilloso jamás contado". Había nacido en 1254 y embarcado con su padre Niccolo y su tio Maffeo en Venecia, su patria, a la sazón suprema potencia económica y militar de occidente, amén de "instigadora de la gran piratería de ese siglo que fue la cuarta Cruzada", el año 1271.
Salvo lo que podamos entre sacar de la relación dicha, contada por demás en calidad de testigo, exenta de alusiones personales, casi nada más sabemos del viajero, bien que no es extraño hallar su nombre en las crónicas chinas de la época; pero la investigacón poliana actualmente surte la referencia a más de quince Polo distintos, al punto que su nombre sigue figurando con distintos cargos como, entre otros, presidente del Consejo de Guerra, presidente del departamento de agricultura, virrey de una de las doce provincias chinas todavía después de su regreso a Venecia. Se sabe, sí, que en 1307 ofreció una copia de su libro a un agente de Carlos de Valois, hermano del rey de Francia, y que, acabado el viaje y establecido en Venecia, casó con una tal Donata, de quien tuvo tres hijas, a saber, Bellela, Marietta y Fantina.
En cuanto al panorama cultural, La Chanson de Roland, el Cantar de Mío Cid y los picantísimos fabliaux se habían consagrado como monumentos de las llamadas lenguas romances, con que se estaba abandonando al latín como lengua escrita. Así, Le divisament du monde (este Libro de de las maravillas) fue escrito en occitano. La Edad Media ya da sus frutos resurgiendo Europa con renovados bríos entre las ruinas del imperio romano, con acentos característicos, novedades formales y de contenidos, otras preocupaciones. En España, se entronizan la lengua de Castilla como el idioma español, el toscano como italiano en la patria de Ariosto, la lengua de oil como francés.
Y con esto dejamos, lector, en tus manos esta muestra de uno de los más célebres monumentos de la cultura universal, herencia de la alta Edad Media, revelación a una Europa estupefacta de la riqueza y complejidad de Asia y Lejano Oriente; extrañamiento, maravilla o bien horror de sociedades que aún hoy resultan tan exóticas o terribles como estancias asimilables al otro mundo, ese de la Comedia del Dante.
Stanislas Valois Aragon
Todas las religiones se encuentran muy apuradas cuando tienen que dar idea de los deleites destinados a los que han vivido bien. Fácil cosa es atemorizar a los malos, amenazándolos con una dilatada serie de castigos; mas no saben qué han de prometer a los hombres virtuosos. La naturaleza de les gustos parece que exige que sean de poca duración, y apenas puede la imaginación figurarase otros. Descripciones he visto yo del paraíso,que eran capaces de hacer que todo sujeto de sana razón renunciara a él: unos dicen que las sombras bienaventuradas tocan la flauta sin cesar; otros las condenan al suplicio de estarse eternamente paseando; por fin,otros quieren que piensen en el otro mundo en las queridas que tuvieron en éste, creyendo que no eran bastantes cien millones de años para que se les quitara la manía de los amorosos cuidados.
(...) Una mujer que acababa de perder a su marido vino a pedir con toda ceremonia al gobernador de la ciudad que le diera licencia para quemarse; pero como los mahometanos abrogan cuanto pueden este inhumano estilo en los países sujetos a su dominio, se la negó redondamente. Viendo la viuda que eran inútiles sus ruegos, se encendió en una rabiosa cólera, y empezó a dar gritos diciendo: "¡Vean qué tiranía! ¡No dejar a una pobre mujer siquiera que se queme cuando se le antoje! ¿Hase visto cosa semejante? Pues muy bien se quemaron mi madre, mi tía y mis hermanas. Y porque yo vengo a pedir su venia para quemarme a este maldito gobernador, se enfada, y da gritos como un loco".
Hallábase allí por casualidad un bonzo joven. "Infiel -le dijo el gobernador-, ¿eres tú quien ha metido este disparate a esta mujer en los cascos?" "No, por cierto -respondió el bonzo- nunca le he hablado de tal cosa; pero si quiere creerme consumará el sacrificio, y hará una obra grata al dios Brahma, que le dará la merecida recompensa, poniéndola en el otro mundo junto a su marido, donde volverá a empezar segundo y perdurable matrimonio." "¿Qué decís? -replicó pasmada la mujer-. ¡Conque he de ver otra vez a mi marido! Pues si eso es, no me quemo. Si era un hombre celoso, gruñón, y con eso tan viejo, que a menos que haya hecho el dios Brahma algún milagro con él, para nada me necesitaba. ¡Quemarme yo por él! Ni siquiera una niña, aunque fuera a sacarle de lo profundo de los infiernos. Bien cuidado tenían los bonzos viejos que me tenían engañada, y que sabían lo mal que nos llevábamos él y yo, de no decirme lo que había. Si no tiene otro regalo que hacerme el dios Brahma, doy una higa de su bienaventuranza. Mahometana me hago, señor gobernador."
De París, a 2 de la luna de Chalval
Montesquieu, Cartas persas
Biblioteca de Política, Economía y Sociología, Ediciones Orbis, Barcelona, 1985
Amigo Leo:
ResponderEliminarMuy interesante todo lo tuyo; te pongo aquí, como te dije, el enlace de mi blog, SENTIDO CRÍTICO:
http://delsentidocritico.blogspot.com/
José REPISO MOYANO